EL AGUA DE LA ROCA
El Agua en el desierto
20:1-2 “Los hijos de Israel, toda la
congregación, llegaron al desierto de Tsin en el mes primero; y el pueblo se quedó en
Kadesh. Allí murió Miriam y allí la sepultaron. Y no había agua para la
congregación; y se juntaron contra Moshé y Aharón.” – Según el
Talmud,[5] Miriam murió
el día 10 de Aviv, a los 125 años. Después de la muerte de Miryam se secó el
agua de la fuente. Según el Talmud[6] y el Midrash,[7] la fuente de
agua que seguía a los hijos de Israel en el desierto fue dada por los méritos
de Miriam. Cuando ahora ella se murió se secó la fuente, y el pueblo se quedó
sin agua.
Miremos el Midrash:
El Fallecimiento
de Miriam y
l a Desaparición del Manantíal
de Miriam
En el diez del mes de Nisán28 del
cuadragésimo año en el
desierto, ocurrió una tragedia
nacional.
Cuando los Yisraelitas arribaron
al desierto de Tzin, la hermana de
Moshé, Miriam falleció. Ella
tenía ciento veinticinco años de edad
Miriam había enseñado y guiado a
las mujeres, al igual que
Moshé y Aarón habían enseñado a
los hombres.29 Ella fue una de
las siete profetisas conocidas.30
Miriam falleció sin dolor. La Shejiná
(Divinidad) se le revelo, de
ese modo atrayendo a su alma
gozosamente de regreso a su fuente
(mitat
neshiká).31
La narración de la muerte de
Miriam sigue a las leyes de la pará
adumá (a pesar de que
su fallecimiento ocurrió en el cuadragésimo
año en el desierto, mientras la para
adumá fue quemada en el
segundo año). La Tora yuxtapuso
estos dos eventos para enseñar
que la muerte de un tzadik (justo)
logra expiación para KelaJ Israel, así
como lo hacen las aguas de la para
adumá.32
Tan pronto como Miriam falleció,
el Eterno provocó que el
Manantial de Miriam desapareciera
temporariamente, para que
Benei Israel se dieran cuenta
que su manantial de agua había sido
dado en el mérito de Miriam. Así
apreciando su grandeza, ellos
harían duelo por esta tzadeket
en una manera apropiada.33
La generación
del desierto recibió tres dones en mérito de de sus
tres grandes
líderes:
• En el mérito
de Miriam, un manantial
• En el mérito
de Aarón, Nubes de Gloria
• En el mérito
de Moshé, el man.34
¿Por qué están estos tres líderes
asociados con estos
particulares dones?
Ellos personificaron los tres
pilares que sostienen el
mundo- Tora, avodá, y
actos de bondad.
• Moshé fue el trasmisor de la
Tora a su pueblo y su maestro por excelencia.
Por consiguiente, en su mérito
los Yisraelitas recibieron el man, cuya entrega diaria aliviaba la
necesidad de ganarse la vida y Aarón personificó
la avodá. Su devoción al Servicio de los sacrificios
trajo la Shejiná (Divinidad) a Kelal Israel. Las Nubes de Gloria fueron por lo tanto provistas en su mérito, porque ellas representaban la Shejiná que moraba con el pueblo Yisraelita.
•
Miriam sobresalió en el tercero de los tres fundamentos, bondad.
Desde
su juventud se dedicó al bienestar de su pueblo. Aún
como
una niña pequeña, asistió a su madre como partera y
llevó
comida a los pobres.
A
causa de su atributo de jesed (bondad), el Eterno proveyó a los Yisraelitas
de agua, una necesidad vital.3 5
¿Cómo
recibían Benei Yisrael agua del Manantial de Miriam ?
Esta
milagrosa roca dadora de agua estaba siempre presente en
el desierto con Benei Yisrael. Cuando
el pueblo acampaba,
descansaba
en un lugar alto opuesto a la entrada del Ohel Moed.
Cada
uno de los doce nesiím (líderes) la abordaba con su bastón
y
trazaba una línea desde el manantial hacia su Tribu. Agua fluía a lo largo de las
doce líneas a todas las Tribus, formando ríos entre una Tribu y otra. Cada río
era tan vasto que una mujer que deseaba visitar a una amiga de una Tribu
diferente necesitaba un bote, si ella no quería mojar sus pies.36
El
agua también circundaba mucho el Campamento.
Dondequiera
que los Yisraelitas acampaban, pasto, árboles, vides, higos,
y
granadas brotaban a su orilla. Las vides producían siete diferentes
sabores
de uvas. Benei Yisrael saboreaban el agua y plantas, producidas por el Manantial
de Miriam, la bondad de Olam Haba (mundo por venir). Ellos por lo
tanto cantaron más tarde shirá acerca de este maravilloso Manantial.37
Después
de la muerte de Miriam, el Manantial súbitamente
desapareció.
Sin
agua potable para sus esposas e hijos, Benei Yisrael se encontraron en
gran aflicción.38
Moshé
y Aarón, quienes estaban sentados y se dolían por su
hermana,
vieron tropeles de gente acercándose a su tienda. "¿Qué reunión es
ésta?" inquirió Moshé de Aarón.
Replicó
Aarón, "¿No son los Yisraelitas descendientes de Abraham,
Izjak,
y Iaacov, quienes realizan bondad como sus antepasados?
Ellos
vienen ciertamente para consolarnos."
"Aarón,"
lo censuró Moshé, "¿no puedes distinguir entre una reunión para un noble y una para un innoble fin? Si ellos se hubieran
aproximado de una manera ordenada - con los Ancianos al frente, seguidos por
los oficiales sobre los miles, sobre los cientos y así sucesivamente - tú
podrías tener razón. ¡Pero mira a esta multitud tumultuosa!"39
Las
palabras de Moshé instantáneamente demostraron ser ciertas.
La
desorganizada y excitada reunión que entraba en tropel dentro de la tienda
comenzó a quejarse amargamente acerca de la falta de agua.
"¿Por
qué deberíamos nosotros sufrir tanto?" inquirieron ellos
"Tú,
Moshé, solías afirmar que nosotros somos castigados porque
hay
pecadores entre nosotros, que causan a la Shejiná partir.
Ahora,
sin embargo, los hombres de la generación del desierto han
fallecido
y aquellos de nosotros que permanecimos vivos somos
dignos
de entrar a Eretz Yisrael. ¿Por qué deberíamos nosotros,
nuestros
hijos, y nuestro ganado perecer de sed?"40
"Las
inacabables pruebas son demasiado para nosotros de
soportar.
¿Por qué no oraste para que el Eterno nos llevara directamente
a Eretz
Yisrael antes de conducirnos de un lado al otro en el desierto
por
cuarenta años?
"Nosotros
hubiéramos preferido ser consumidos junto con la
congregación
de Koraj o en la subsecuente plaga antes que morir
ahora
de sed".4 1
"Tú
te estás doliendo por una persona. En cambio, deberías
estar
de duelo por todos nosotros, porque no tenemos agua."42
A
pesar de que los Yisraelitas, en su agitación, estaban listos para
lapidar
a Moshé y Aarón el Eterno no consideró sus quejas contra
ellos.
Ellos las pronunciaron por dolor a causa de la sed, y el Eterno
no
considera a alguien culpable por sus afirmaciones mientras está
en
dolor.4 3
Moshé
y Aarón escaparon de la enfurecida multitud hasta la
entrada
del Ohel Moed y se echaron sobre sus rostros en plegaria.
La
Nube de Gloria apareció, y el Eterno censuró a Moshé, "Mis
hijos
están sufriendo de sed, mientras tú estás ocupado en duelo.
Encuentra
la roca que fue el Manantial de Miriam, ordénale emitir agua, e invita a la
congregación y sus bestias a beber."44
Mei Merivá / Moshé y Aarón Pecan en las Aguas de Merivá
El
Eterno dijo a Moshé, "El pueblo será ahora testigo de un milagro que santificará Mi Nombre. "Reúne a los tzadikím (justos) y
grandes personas ante la roca de la cual el agua fluía mientras Miriam estaba
viva. Mándale proveer a los Yisraelitas de agua una vez más.45
"Mientras
estés parado con la santa congregación frente a la
roca,
enséñales a ellos una halajá (ley Yisraelita)) o un pasaje de Tora.
Luego
ordena a la roca emitir agua.* El mérito del estudio de la Torá comunal
(congregacional) causará que produzca agua, como hizo en el mérito de Miriam .
" 46 **
El
estudio de las Sagradas escrituras y el conocimiento de ellas adquirido, es
considerado como fuentes de manantiales de agua viva.
La
anterior historia contada por los sabios Judíos nos clarifica, como en un desierto
podía un pueblo con más de dos millones de personas podía subsistir.
En 1 Corintios 10:4
está escrito:
“y todos bebieron
la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los
seguía; y la roca era el Mesías.”
Números 20:8 “Toma la vara y
reúne a la congregación, tú y tu hermano Aharón, y hablad a la peña a la vista
de ellos, para que dé su agua. Así sacarás para ellos agua de la peña, y beban
la congregación y sus animales.” – Esta vez Moshé tenía que hablar a la
peña, con eseñanza para que el pueblo glorificara la majestad Eterna, no
golpearla como la otra vez, cf. Éxodo 17:6.
Números 20:10-11 “y Moshé y Aharón
reunieron al pueblo ante la peña. Y él les dijo: Oíd, ahora, rebeldes.
¿Sacaremos agua de esta peña para vosotros? Entonces Moshé levantó su mano y
golpeó la peña dos veces con su vara, y brotó agua en abundancia, y bebió el
pueblo y sus animales.” – En este lugar de endurecimiento, Moshé cometió un
error muy importante que consistía en varias cosas:
o Actuó según su ira.
o Habló palabras fuertes contra los
hijos de Yisrael, “rebeldes”.
o Dudó del Eterno.
o Desobedeció la orden de hablar a la
peña.
o No santificó al Eterno con su
proceder.
Por esto no entró
en la tierra que había anhelado durante tantos años.
Un líder está en la
mira del pueblo. Por eso su error es mucho más notorio que los errores de los
que no son líderes, porque arrastran a todo un pueblo. El poder del ejemplo es
muy fuerte. Moshé no cometió un pecado aparentemente grave. Pero en los ojos
del Eterno su desobediencia y arrebato de ira con palabras hirientes, fueron
suficientemente graves como para prohibirle la entrada a la herencia.
¡Aprendamos la
lección para ser cuidadosos como líderes en el cumplimiento de los mandamientos,
para que no perdamos nuestra herencia!
20:13 “Aquellas fueron
las aguas de Merivá porque los hijos de Yisrael contendieron con YHWH, y Él
manifestó su santidad por medio de ellas.” – Merivá significa “querella”,
“provocación”, “contienda”. Merivá fue el lugar donde el pueblo contendió
contra el Eterno por causa del agua. Fue un lugar de endurecimiento, donde
endurecieron sus corazones. En lugar de optar por creer en el Eterno murmuraron
directamente contra Él y contra Moshé. Antes habían murmurado contra Moshé pero
ahora murmuran directamente contra Elohim, lo cual es un resultado del
endurecimiento del corazón. La falta de gratitud siempre mana de un corazón
duro. Un corazón agradecido es un corazón sensible.
La santidad de
Elohim fue manifestada en Moshé y Aharón por la sentencia que recibieron por
causa de no haberle obedecido junto a la peña. Las aguas fueron la causa por la
que el Eterno manifestó su santidad en Moshé y Aharón.
En el Salmo
95:7b-11 está escrito:
“Si oís hoy su
voz, no endurezcáis vuestro corazón como en Merivá, como en el día de Masá en
el desierto, cuando vuestros padres me tentaron, me probaron, aunque habían visto mi
obra. Por cuarenta años me repugnó aquella generación, y dije: Es un pueblo que
se desvía en su corazón y no conocen mis caminos. Por tanto, juré en mi ira:
Ciertamente no entrarán en mi reposo.”
En el
Salmo 106:32-33 está escrito:
“También
le hicieron enojarse en las aguas de Merivá, y le fue mal a Moshé por culpa de
ellos, puesto que fueron rebeldes contra su Espíritu, y él habló
precipitadamente con sus labios.”
Ojo con nuestras actitudes precipitadas y de manera
particular con los dichos de nuestra boca. Tenemos que aprender a ser prudentes,
especialmente en los momentos de presión causada por ageustias en situaciones
difíciles.
El milagro está latente, la provisión ya está, pero en
casos no la vemos ni la percibimos por nuestra falta de humildad y entrega a
las determinaciones del Creador.
¡Shalom Ubraja!...
Oshea ben Yisrael