Des
intoxiquemos el corazón
Viviendo con Resentimiento
El rencor es un
enojo profundo y persistente; un resentimiento arraigado que desequilibra y
enferma el cuerpo y la mente.
Todo sentimiento
negativo que no se aclara o no se habla, se vuelve contra nosotros mismos y nos
afecta.
Las personas se
manejan con sus propios valores que no siempre coinciden con los valores de los
demás. Lo que a algunos les puede parecer una grave ofensa, otros pueden
interpretarlo de otro modo y considerarlo algo sin importancia y natural.
Todos cometemos
errores y no siempre con un propósito intencional, porque las circunstancias,
la ignorancia o la inconsciencia pueden llevarnos a tomar las decisiones
incorrectas y perjudicar a otros.
Muchos defraudan
a sus amigos e incluso a sus padres, hermanos, cónyuges o hijos; y cada ofensa
puede convertirse en un profundo dolor y en una herida que nunca cicatriza.
Hay hermanos que
no se hablan desde hace más de treinta años; amigos que se distancian para
siempre; hijos que no ven a sus padres y padres que no ven a sus hijos durante
muchos años. Estos son casos comunes; y luego están aquellos que ante una
afrenta hacen justicia con su propia mano y son capaces de quitarle la vida a
alguien cercano, muchas veces sólo por dinero.
Las malas
relaciones personales nos transforman en seres aislados y amargados y además
nos enferman.
La comprensión
es el conocimiento que nos permite sentir compasión y la compasión es el
sentimiento que genera amor.
Perdonar es el
gesto que nos reconcilia no sólo con el otro sino esencialmente con nosotros
mismos.
A veces se
pierde la oportunidad de perdonar porque ya es tarde y esa persona ya no está
en este mundo; y esta circunstancia puede generar culpa y depresión.
El otro nunca
será como esperamos que sea, de modo que es altamente probable que alguna vez
nos defraude.
No es necesario
frecuentar a quien por alguna razón nos lastima, pero tampoco se necesita no
verlo nunca más en la vida; porque si persiste el odio o el rencor dentro de
nosotros, ese sentimiento nos arruinará la vida.
Lo que más puede
molestar es la culpa que se siente cuando se cree haber sido el responsable de
favorecer el conflicto; por haber tolerado demasiado tiempo un maltrato, o por
haber sido débil para evitar que nos sigan lastimando.
No se trata
entonces sólo de perdonar al otro sino también de perdonarnos a nosotros
mismos, aceptando que todos somos capaces de cometer errores y no haber sabido
actuar en forma correcta.
No importa las
veces que nos hayan defraudado, porque es indispensable confiar, tener fe en la
vida que el Eterno nos ha dado, en nosotros mismos y también en los demás, para
poder seguir viviendo.
Todo cambia y lo
que ayer nos pareció terrible hoy podemos considerarlo sin importancia; y es
necesario saber que también nosotros somos capaces de defraudar y de herir a
los demás, a veces sin saberlo.
Cuando alguien
nos defrauda no significa que todas las personas vayan a actuar del mismo modo,
porque la gente es diferente y todos poseen cualidades y defectos.
Si algo nos molesta
del otro es importante enfrentar la situación y decírselo, expresarle los
sentimientos que genera en nosotros su conducta, sin necesidad de cortar la
comunicación, no verlo más y guardarle rencor.
Muchos que están
distanciados durante muchos años, no pueden recordar la razón, y a veces, si la
recuerdan, se dan cuenta que ya no tiene la misma importancia. No obstante, a
la gente le cuesta dar el primer paso para la reconciliación.
La mayoría
ignora que muchas enfermedades se relacionan con el rencor y el resentimiento,
porque son heridas que no cierran que creamos en la mente y luego se hacen
carne.
Existen también
los rencores políticos, antiguas heridas de otras épocas, de aún antes de haber
nacido. Resentimientos que se heredan, que no se quieren dejar atrás, y que se
convierten en un lastre que mantienen enfrentados a los habitantes de una
nación.
Perdonar es
limpiar el alma y el cuerpo de impurezas; permite recuperar el sueño, eliminar
las pesadillas, lograr la paz interior, elevar la autoestima, crecer y dar
amor.
Cuando se vive enfrascado en el pasado es
difícil perdonar y se hace más pesado vivir.
Mis acciones y mis pensamientos se convierten
en lo que yo soy, el pensar constantemente en aspectos negativos, recordar
hechos que ya no se pueden cambiar e intoxicar el alma por no tener el valor de
aceptar lo que paso, no es una buena receta para vivir bien y tener una buena
conexión con Bore Ha Olam. En Yom Kippur y siempre que se necesite es
importante hacer una legitima TESHUVAH y poder admitir las acciones
equivocadas, este es el primer paso para poder llegar a vivir con plenitud. Que
te sea leve el ayuno esperando que encuentres valor dentro de ti para poder
arrepentirte y dejar ir todo lo que ya no sirve.
Muchas veces el recuerdo desagradable que guardamos se convierte
en un equipaje pesado y difícil de mover; lleno de reproches y sentimientos que
amargan y contaminan las nuevas experiencias. Sin darse cuenta, para algunos,
la vida se pasa más rápido de lo que suponían, sin dar tiempo para liberar el
dolor o el malestar, limpiar los malos entendidos y superar los sentimientos
negativos. Como resultado, se vive con resentimiento, rencor, tristeza y mucha
soledad. Es casi como estar abriendo constantemente una herida y no dejarla
cicatrizar jamás.
Mauricio y Samuel son hermanos que tienen ya una edad avanzada.
Se podría decir que ambos han tenido una buena vida, rodeados de excelentes
hijos, nietos y aun hermosos bisnietos llenos de vida que han incorporado los
valores familiares y legados culturales. También han contado con muy buenas
esposas y han logrado una gran estabilidad económica.
A pesar de esto, desafortunadamente, ambos se encuentran
atrapados por el resentimiento.
Cuando eran chicos, eran inseparables y se protegían mutuamente.
La buena relación continuó por muchos años. Luego de casarse, las familias se
reunían casi todos los fines de semana. Lamentablemente, todo esto cambió al
fallecer sus padres. Las peleas por la herencia ocasionaron grandes disgustos,
enojos y frustraciones que el tiempo no pudo borrar. El resentimiento los
envenenó y hasta el presente, les impide acompañarse y apoyarse el uno en el
otro, incluso cuando están pasando por momentos muy difíciles en los que se
necesitarían mutuamente.
Mauricio está sufriendo inmensamente ya que a su mujer, su
compañera por más de 50 años, la diagnosticaron hace poco con un cáncer mortal.
Se encuentra en un estado muy avanzado, donde no hay nada que se pueda hacer
para curarla. Este hombre sufre viendo como su pobre mujer pierde lentamente la
vida en las manos de esta cruel y maligna enfermedad.
Samuel por su parte, acaba de pasar por una operación muy
delicada del estómago y su recuperación ha sido lenta, angustiante y lo ha
llenado de temor. A este hombre lo acompañan su mujer, hijos y nietos. Sin
embargo, Samuel sufre porque su único hermano nunca lo llamó ni se preocupó por
él, incluso luego de que fue informado que Samuel preguntaba por él con mucha
insistencia.
Mauricio y Samuel sufren en silencio y sienten la falta del
otro. Si bien podrían acompañarse en su dolor y apoyarse durante este amargo
periodo, ninguno de los dos puede dejar ir del resentimiento que los carcome
por dentro y no les permite ver cuánto mejor se podrían sentir si compartieran
sus penas. Es cierto que ambos cuentan con sus respectivas familias y seres
queridos, pero el lugar del único hermano se halla vacío.
Recetas para la vida®
Desintoxicando el Corazón
El resentimiento solo envenena el alma
El resentimiento solo envenena el alma
Ingredientes para poder vivir
mejor:
- 1 taza de responsabilidad
- 2 cucharadas de valor
- Raspadura de esfuerzo consciente y deliberado
- 1 manojo de tolerancia
- 1 pizca de ojo noble
- 1 sobre de perdón
Condimentos:
Determinación, paciencia y repetición continua
Determinación, paciencia y repetición continua
Precaución: el resentimiento engaña a la
persona que lo siente.
Es casi como tomar veneno y esperar que la otra persona se muera.
Es casi como tomar veneno y esperar que la otra persona se muera.
Modo de preparación:
Cuantos minutos del tiempo del
Eterno vivimos los seres humanos?
- La vida se pasa demasiado rápido para desperdiciarla
en cosas que no llevan a nada. El tiempo y el esfuerzo personal son valiosos, por
lo que es primordial aprovecharlos al máximo y evitar colocarlos o quedar
pegados a aquello que no lleva a ningún buen resultado.
- Elegir un sentimiento positivo facilita encender una
llama constructiva en la cocina de la vida. Cuando se reemplazan los sentimientos
negativos se recubre la oscuridad del corazón y el malestar del alma, ayudando
al cocinero a seguir adelante, con gusto y sin reproches.
- No se puede cambiar lo que ya sucedió. Pero sí se puede determinar qué actitud se
debe tomar. Ciertamente, es más difícil permanecer positivo cuando pasan
situaciones difíciles o dolorosas; pero cuando se deja ir al enojo, la ira
y al resentimiento, el más beneficiado es uno mismo.
- Aprender a perdonar y perdonarse es el secreto más
valioso para esta receta. Recordar que nadie es perfecto y que es de humanos
equivocarse. Aprender a tener compasión y comprensión libera el alma y
ayuda a vivir con un mejor sabor.
"Un resentimiento, por
más pequeño que sea, si no se resuelve se multiplica y crece rápidamente; pudre
el alma llenándola de amargura y dolor."
Yom Kipur: De
Tiempo en Tiempo
|
Sin lugar
a dudas cuando nos animamos a hacer un balance anual, o inventario espiritual,
caemos en cuenta que muchas situaciones difíciles hubiéramos podido evitar, si
hubiésemos tenido la preparación previa y la voluntad para plasmarlas en el
campo de la acción.
El tiempo
es lo más valioso que tenemos. Tan preciado es, que él puede comprar casi todo
en este mundo, pero nada lo compra a él. El tiempo corre y no vuelve.
Siendo el
tiempo algo tan valioso ¿En qué negocio lo podríamos invertir, para que rinda y
de sus mejores frutos?
Dicen
el Mesilat Yesharim - de Rabí Moshé Jayím Luzzato,
ZT"L: "Yimiyahu –el profeta - reclamaba sobre la maldad que
regía sobre la gente de su generación, pues se encontraban afectados por el mal
hábito de desconocer sus acciones, y evadir el prestar atención al
autoanálisis: Si continuar en el mismo camino, o tal vez frenar y buscar uno
nuevo. Y así les decía: "Nadie consigue arrepentirse, etc. Todos corren de
un lado al otro como caballos desbocados en guerra".
Diciendo de alguna manera que caminaban ansiosos, como si
estuvieran persiguiendo algo en la carrera del día a día, sin dejar tiempo para
sí mismos, para analizar sus acciones y costumbres, y como consecuencia,
constantemente caían en graves errores, sin siquiera darse cuenta."
Rabí Yoel Shwartz, Shelita, comenta al respecto en su libro "Petaj La
DofkímBiTeshuvá"(Un Portón para quien Insiste en Retornar). "Ya
que el valor de la reflexión ocupa un lugar tan primordial en nuestra vida,
nuestros sabios ubicaron momentos determinados para ello: Al final de cada día,
cuando nos disponemos a dormir, en la víspera de Shabat, al final del mes, en
el mes de Elul, Rosh HaShaná, Yom Kipur. Aun más, pues está escrito en el
Tratado de Shabat (153) "Retorna un día antes de morir y - como
nadie sabe cuando es ese día - cada vez que observes alguna desviación o
tropiezo, inmediatamente lo podrás rectificar."
Esa es la
idea. Lo mejor que podemos hacer con el tiempo es tomar un poquito de él,
frenar nuestra rutina, reflexionar y sincerarnos con nosotros mismos, para que
así el resto de nuestro tiempo pueda ser aprovechado de manera íntegra, y
produzca algo que trascienda los límites terrenales, convirtiéndolo en
eternidad palpable, en acciones que no se pierdan en destellos fugaces de "felicidad" trivial.
Debemos
mejorar nuestro futuro dándole un mejor uso a nuestro "cada
instante". Pues solo unos cuantos minutos de reflexión, tienen la
fuerza de transformar nuestros próximos tiempo anual de días, en una auténtica
bendición ¡De nosotros depende!
Ketva ( va Jatimá) Tová
Una buena firma (y sello en el libro de la vida)